top of page
06ec4b_fca26b446a664af5b9ed025c9aae2162~mv2.jpg

De Águilas y Cóndores | Latinoamérica sin Vueltas | Huellas de la Historia

Lucía Desages

El 49° aniversario del último golpe de estado en Argentina nos encuentra frente a una terrible avanzada de discursos apologistas del genocidio perpetrado en la década de 1970 y principios de la siguiente. Javier Milei llegó al gobierno tras prácticamente replicar el discurso de Massera en el debate presidencial. Quienes nos comprometemos con la defensa de los Derechos Humanos nos preguntamos desde que estos discursos empezaron a cobrar más notoriedad ¿Qué ocurrió? ¿Cómo pasamos de ser ejemplo internacional de políticas de memoria a normalizar que este discurso sea emitido sin más desde el poder?


Plan Condor

Más allá de las múltiples explicaciones de todo tipo que podemos (y debemos) proponer, hoy quisiera centrarme en analizar la narrativa que esta derecha pretende desarmar, es decir, aquella que fue hegemónica durante los gobiernos kirchneristas (2003-2015). Es indudable que los organismos de Derechos Humanos dieron una lucha de décadas por la memoria, la verdad y la justicia respecto de lo ocurrido en nuestro país en las décadas del '70 y '80 y que esa lucha (que se unió también con las batallas sociales del 2001-2002) fue absolutamente determinante para que en 2003 un presidente de la Nación ordenara descolgar el cuadro de Videla y pidiera perdón en nombre del estado argentino por los crímenes de la dictadura. A partir de ese momento, las políticas de memoria sobre la última dictadura militar fueron sostenidas desde el estado y un nuevo discurso se constituyó como hegemónico y circuló por medios de comunicación, escuelas, museos, etc. Ese discurso (como todos) se basaba en algunos aspectos y omitía, o relegaba, otros. Por ejemplo, solía hablarse más de "terrorismo de estado" que de "genocidio".


Se centraba en la censura, la represión, desapariciones, torturas y en la destrucción del estado de derecho, pero con frecuencia se omitía profundizar en cuestiones económicas, como la implantación del modelo neoliberal mediante la violencia, los intereses puestos por las grandes empresas en la agenda dictatorial y la participación de los capitales concentrados internacionales. Pero sobre todo, y de esto hablaremos en este artículo, estaba ausente en gran medida la contextualización internacional de lo ocurrido.


Es muy habitual que creamos en la "excepcionalidad argentina", que muchos argentinos (y otros que no lo son) se hayan convencido de que somos más un satélite de Europa en el Cono Sur que un país de América Latina. Lamento informarles que no es así: somos latinoamericanos, aunque no es habitual considerar a Argentina desde esta perspectiva no sólo desde el sentido común, sino también desde la historiografía. Por supuesto que existieron factores nacionales (y regionales al interior del país) que otorgaron al proceso sus particularidades e incidieron en los caminos que tomó nuestra historia. Pero con frecuencia pensamos sólo en el aspecto interno y dejamos de lado todo lo externo, como si Argentina fuese una isla incomunicada con el resto del mundo.


Por el contrario, la consideración del contexto internacional aporta otras herramientas para comprender los procesos locales. De lo que se trata es de encontrar un nuevo equilibrio entre lo general latinoamericano (y mundial) y lo particular argentino. Si pensamos que el mundo en ese momento estaba atravesado por la Guerra Fría, comprenderemos que la política de Estados Unidos hacia América Latina también lo estaba. En ese sentido, la Doctrina de Seguridad Nacional fue una parte de la política exterior norteamericana en su ofensiva contra los soviéticos, en la que intentaron asegurar su dominio sobre el hemisferio occidental a cualquier costo. Estados Unidos desplegó una enorme variedad de instrumentos para lograr este cometido: desde la intervención directa (el derrocamiento de Jacobo Arbenz en Guatemala, la invasión a Bahía de Cochinos, múltiples golpes de estado) hasta el diseño de la Alianza para el Progreso (un programa de ayuda económica con condicionamientos políticos). Los gobiernos norteamericanos se aseguraron actualizar el armamento de las Fuerzas Armadas de todos aquellos países latinoamericanos gobernados por su mismo signo político. Al mismo tiempo, apoyaron (cuando no directamente coordinaron) golpes de estado que instauraron las más sangrientas dictaduras en nuestra región.


El Plan Cóndor es quizás la operación más conocida al respecto y la que mejor documentada está: no sólo en los archivos del general chileno Arancibia Clavel, que fueron confiscados por la justicia argentina en la década del '80, sino también por los archivos desclasificados en 1999 de la CIA, el Pentágono y el Departamento de Estado de Estados Unidos. La Operación Cóndor implicó la instauración de un sistema de cooperación entre los distintos estados partes (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador y Paraguay) como forma de un único esfuerzo de lucha contra la "subversión", es decir, contra individuos y organizaciones revolucionarias. Los gobiernos dictatoriales incluidos en el Plan Cóndor tenían bases de datos comunes de "subversivos", colaboraban con operaciones de inteligencia e incluso perseguían individuos de distintas nacionalidades en sus territorios. Estos estados no sólo recibían apoyo tecnológico y financiero norteamericano, sino que usaban el aparato de inteligencia de la CIA para intercambiar información. Además, el gobierno norteamericano incluso coordinaba reuniones entre militares y grupos de derecha de los distintos países involucrados.


El Plan Cóndor nos lleva también a considerar a Francia. Si bien muchas historias de amor nos unen con los franceses (nuestro convencimiento de que Gardel era francés, su amor por Lavezzi y Di María, nuestro amor por Cantona, Zidane y Griezmann, entre otros) también nos une el espanto, esto es, la tristemente célebre Escuela Francesa basada en la doctrina antisubversiva que los franceses desarrollaron en su represión a las independencias de Indochina (actual Vietnam) y Argelia. Los métodos de tortura, la constitución de escuadrones de la muerte, la modalidad de desapariciones forzadas, las organizaciones paramilitares, el emplazamiento de centros clandestinos de detención, la difusión del terror sobre la población son todas enseñanzas que los genocidas argentinos y sudamericanos aprendieron de la Escuela Superior de Guerra en Francia. El fracaso francés en Vietnam provocó la paranoia de sus dirigentes militares, que dejaron de considerarlo un conflicto colonial para pensarlo como propio de la Guerra Fría. Este cambio de enfoque implicaba que, para los militares franceses, el enemigo ya no era un otro, sino que estaba dentro de su propio estado: el Partido Comunista Francés, por ejemplo, era considerado un enemigo interno. A partir de allí, los militares franceses desarrollaron nuevas teorías y estrategias de guerra "antisubversiva" que aplicaron en Argelia y que ya hemos mencionado: torturas, grupos de tareas, centros clandestinos, desapariciones. Muchos militares sudamericanos se formaron en esta doctrina, incluso antes que los propios estadounidenses lo hicieran. Aún bien entrada la década de 1970, las colaboraciones entre militares y miembros de la Iglesia argentinos y franceses en este esfuerzo "antisubversivo" eran muy frecuentes.


De esta forma podemos ver el mapa completo: la última dictadura militar argentina estuvo relacionada con las del resto de América Latina (especialmente con las del Cono Sur), con los imperialismos estadounidense y europeo así como con la represión de las luchas emancipatorias de Asia y África, principalmente las de Vietnam y Argelia. Las clases dominantes y las derechas de todo Occidente veían la amenaza comunista en todas partes, incluso dentro de sus propios estados. La Guerra Fría, entonces, no era un conflicto entre estados, sino un conflicto ideológico que hacía eco en cada rincón del planeta. Desde esta perspectiva, el enemigo podía encarnarse en cualquier parte: en un campesino vietnamita, en un nacionalista argelino, en un militante comunista en Europa o Estados Unidos, en un revolucionario sudamericano… Como el enemigo ahora era interno y, a la vez, omnipresente, la derecha coordinó esfuerzos internacionalmente para combatirlo a cualquier costo, desplegando un terrorífico abanico de recursos con ese fin. Así como en ese momento existió esa coordinación de la derecha a nivel internacional en pos del aniquilamiento de la subversión, hoy asistimos a la circulación de discursos sobre el "socialismo" y las responsabilidades de los estados también de forma análoga en distintos lugares del mundo. Para volver a instalar como verdad un discurso en defensa de los Derechos Humanos, es indispensable dejar de pensarnos como una isla e incorporar una perspectiva regional e internacional.


Lucía Desages

(Lic. en Historia por la Universidad de Buenos Aires)


Bibliografía:

·       Bohoslavsky, Ernesto. (2018). "La historia transnacional de las derechas argentinas en el siglo XX: ¿qué sabemos y qué podríamos saber?" en Páginas. Revista digital de la Escuela de Historia. Universidad Nacional de Rosario. Disponible en: http://repositorio.ungs.edu.ar:8080/xmlui/bitstream/handle/UNGS/1505/historia%20transnacional.pdf?sequence=1&isAllowed=y

·       Bohoslavsky, Ernesto y Franco, Marina. (2020). " Elementos para una historia de las violencias estatales en la Argentina en el siglo XX" en Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani N°53 (julio-diciembre 2020). Buenos Aires. Disponible en: http://revistascientificas.filo.uba.ar/index.php/boletin/article/view/8018/7167

·       Cockcroft, James. (2001). América Latina y Estados Unidos. Historia y política país por país. Siglo XXI. México D.F.

·       Palumbo Olszanski, Linda. (2018). "Operación Cóndor: antecedentes teóricos y consideraciones estratégicas" en Relaciones Internacionales, 18(36). La Plata. Disponible en: https://revistas.unlp.edu.ar/RRII-IRI/article/view/1326/1289

·       Velásquez Rivera, Edgar. (2006). " Escuadrones de la muerte. La escuela francesa." en Revista De Historia Social Y De Las Mentalidades, 10(2). Universidad de Santiago de Chile. Disponible en:  https://www.revistas.usach.cl/ojs/index.php/historiasocial/article/view/384/26005974


Comments


Huellas
Artículos Recientes
Archivo
Seguinos
  • YouTube
  • Instagram
  • Spotify
  • Facebook
Buscar por Etiquetas
bottom of page