Lucio Cabañas, un Héroe de los Pobres
Fue un 18 de mayo de 1967 cuando la policía judicial del Estado de Guerrero (México) se lanzó contra un mitin de campesinos convocado en Atoyac de Álvarez con el objetivo de dar caza a Lucio Cabañas Barrientos, maestro normalista que se había egresado en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. El desalojo terminó en una feroz matanza que obligó al profesor a recluirse en la sierra, desde donde organizó un grupo guerrillero para enfrentar al gobierno mexicano.
Lucio Cabañas, nacido en Atoyac en 1936, hijo de una familia de clase media que había militado en el Partido Comunista Mexicano en su etapa de estudiante, había estado siempre muy activo en las luchas magisteriales de los años `60. Su fama se había extendido en su pueblo por su tenacidad y compromiso con la causa. Desde la sierra logró formar su propio movimiento político, el Partido de los Pobres, que para 1968 ya contaba con unos cincuenta hombres pertenecientes a la llamada Brigada Campesina de Ajusticiamiento (organización anterior al PDLP) y que actuaba en los municipios de San Jerónimo, Tecpan, Coyuca de Benitez y Atoyac de Álvarez.
Entre los años 1967 y 1971, las emboscadas contra el ejército se sucedían unas tras otras dejando un gran número de bajas. El 25 de junio de 1972, el PDLP reivindicó su primera emboscada a un convoy militar con diez soldados muertos y dos heridos. Los ataques de las brigadas de ajusticiamiento se multiplicaron rápidamente. Una emboscada a un pelotón permitió la expropiación de cuatro fusiles FAL, seis cerrojos, un fusil M2 y una pistola calibre 45. En otra acción guerrillera de 1972 contra el ejército, la revista ¿Por qué? relata que: “En este combate causamos la muerte de 18 soldados, apresamos a 20, incluyendo 8 heridos a quienes dejamos libres después de explicarles los ideales de la revolución pobrista”. Este fragmento nos ilustra la necesidad de infundir confianza entre los sobreexplotados campesinos del pobre Sur de México en que era posible vencer al ejército. También podemos observar cómo los hombres de Cabañas acostumbraban a liberar a los prisioneros luego de sesiones de adoctrinamiento en favor de la causa de los pobres. Las tropas del ejército entendieron que era imposible penetrar en la sierra dominada por la guerrilla campesina. Algunos recuentos indican que de junio de 1972 a septiembre de 1974, las emboscadas de las Brigadas de Ajusticiamiento habían causado 150 bajas sin costo en vidas guerrilleras.
El ejército mexicano decidió cambiar entonces de estrategia. Con el pretexto de realizar causas humanitarias en un territorio devastado por la pobreza, las fuerzas armadas fueron penetrando en la sierra. El uso de fuerzas paramilitares también estuvo dentro del menú represivo así como la guerra psicológica y la tortura. Las misiones humanitarias perdieron poco a poco su carácter pacífico y emprendieron el copamiento de pueblos con patrullaje permanente, detenciones arbitrarias, torturas y prácticas de desapariciones. El Partido de los Pobres fue quedando cada vez más aislado de las masas por el cerco impuesto por el ejército, sumado al rastrillaje realizado por aviones, helicópteros y tanquetas sobre la sierra.
En mayo de 1974, el Partido de los Pobres emprendió su máxima acción guerrillera con el espectacular secuestro del candidato a gobernador Rubén Figueroa. En los cinco meses que duró el secuestro, el gobierno federal lanzo una ofensiva militar con el apoyo de agentes judiciales estatales y federales con la consigna de rescatar a Figueroa. Entre agosto y noviembre el combate fue intenso y a pesar de las bajas en las hordas gubernamentales, siempre lograban reponer soldados y recursos por la magnitud del Estado Federal. Asediadas, las fuerzas de Cabañas tuvieron que dividirse en tres grupos: el primero encargado de cuidar a Figueroa, el segundo encargado de la retaguardia y el tercero, con Lucio Cabañas a la cabeza, se mantuvo en la dirección de las acciones armadas.
Figueroa logró escaparse el 8 de septiembre de 1974 generando gran desconcierto en las filas del Partido de los Pobres. El gobierno, sin embargo, siguió profundizando el cerco. Entre el 29 y 30 de noviembre se dio el mayor número de bajas en las filas guerrilleras. Veintiún combatientes se mantuvieron en pie hasta que el 2 de diciembre de 1974 un oficial del ejército ejecutó a Lucio Cabañas.
El líder guerrillero, maestro de los pobres, bandera de los campesinos de Guerrero dejo su huella intacta en las sierras del sur de México. Por su pasión y dedicada tarea en la lucha por los más pobres dejo su vida. No por nada, en la ciudad de Atoyac de Álvarez permanece incólume una estatua en honor a Lucio Cabañas, el reconocimiento de un pueblo a un Héroe de los Pobres.
Pablo Javier Coronel
Bibliografía Utilizada:
-Jorge Luis Sierra. “Fuerzas armadas y contrainsurgencia (1965-1982)”, en Oikión Solano, Verónica y García Ugarte, Marta Eugenia (ed.) Movimientos armados en México. Siglo XX. México, El Colegio de Michoacán, 2008.
-José Luis Piñeyro. “Contraguerrilla y violencia estatal en México: ¿política de Estado? en Claudia Rangel Lozano y Sánchez Serrano, Evangelina (Coord.) México en los setenta ¿Guerra sucia o terrorismo de Estado? México, Universidad Autónoma de Guerrero, 2015.