La politiká ateniense: arkhé, desarrollo y demos
El siguiente artículo intenta, mediante el abordaje de distintos autores, determinar el papel del demos frente al proceso de desarrollo de la política ateniense.
Siguiendo el desarrollo cronológico, se intentará establecer el grado de participación política del demos en cada momento histórico así como los conflictos, reformas y atribuciones de las gens Aristocráticas.
Arkhé
En su arkhé u origen, los atenienses se consideraban autóctonos, pero la realidad es que el Ática ya estaba habitada. En la época micénica existió un palacio sobre la acrópolis, presentando un conglomerado de diferentes principados, cuya unificación posterior, partió de la Tetrakomia de Maratón. Logrando el sinoikismo, reuniendo las 4 tribus alrededor del nombre de Teseo.
Para el Siglo VIII a.C, Atenas ya era una polis, poseían un consejo aristocrático, el Areópago (colina dedicada al dios Ares y nombre del tribunal), dividiéndose en tres magistrados elegidos cada año. Con respecto a lo social, entre la aristocracia y el campesinado existe un grupo intermedio de campesinos libres, los cuales podían acceder a una panoplia y así de esta forma podían servir como hoplitas, mientras que los artesanos siguieron ligados a los nobles.
En los últimos decenios del siglo VII, Atenas entra en la historia. En 630, Ciclón quiso instalar una tiranía. Era un joven aristócrata, ganador en Olimpia que se apoderó de la Acrópolis con ayuda de su suegro Teágenes, el de Megara. Pero fueron asesinados por el arconte Megacles de la gens Alcmeónidas, teniendo que tomar el camino del exilio, ya que el asesinato se perpetuo dentro de la acrópolis no previendo el carácter sagrado de esta.
Dicho hecho es fiel reflejo de las luchas entre facciones aristocráticas, las cuales van a continuar y enmarcar el desarrollo político Ateniense.
Solón
Fue elegido arconte en 594 a. C. Pertenecía a la aristocracia. Rechazó la proposición de los campesinos de convertirse en tirano. Proclamó la supresión de cargas, suprimió las deudas y prohibió la esclavización por deudas e hizo regresar a los vendidos al exterior, liberó a los campesinos de un estado de dependencia, pero rechazó el reparto de tierras. En lo jurídico, aparece como legislador. Promulgó una serie de leyes que fueron proclamadas públicas, creando el derecho ateniense común para todos. En lo político, había creado un consejo de 400 miembros que sería la bulé clisteniana. Había repartido al conjunto de los ciudadanos en cuatro categorías censatarias: a las dos primeras, pentacosiomedimnos (recaudaban más de 500 medidas de cereal), y caballeros iban a las magistraturas; los zeuditas (los que tienen un tiro de bueyes) eran los hoplitas y la última clase eran los tetes (campesinos pobres y artesanos no extranjeros. Esta clasificación se hacia por fortuna y no por nacimiento. En el 575 a. C comenzó a circular las primeras monedas. Se promulgó una reforma de pesos y medidas. La agricultura se modificó: los cultivos arbustivos se desarrollaron a expensas de los cereales. El trigo importado se pagaba con vasijas y otro producto.
Pisístrato
Los cambios en la cerámica iban a modificar la estructura social. Resurgen con más fuerzas las luchas de facciones entre gens aristocráticas, con dos años de anarquía. Persiste la agitación campesina. Hacía 561 a. C. el conflicto por el poder opone a Licurgo, que era el orador del siglo IV y a Megacles el Alcméonida, hombre poderoso, casado con la hija de Clístenes. Licurgo reunió a sus partidarios, hombres del llano. Representó a la aristocracia tradicional. Megacles era de un partido moderado que reunía los habitantes de la costa, comerciantes y artesanos (esto era un espejismo ya que recién se estaba desarrollando el comercio y artesanías) Un tercer partido reunió a los diacrios, región noroeste del Ática. El jefe era Pisístrato que captó a todos los descontentos. De ahí el carácter “democrático” del partido de él según Aristóteles, empleando un término resueltamente anacrónico. De esta manera, Pisístrato se inscribe en el esquema tradicional del tirano “demagogo” de la época arcaica que, para asegurarse el poder, levanta contra la aristocracia a las masas empobrecidas que esperan de él ciertas ventajas materiales. Pisístrato tenía un gran poder para captar al demos. En dos ocasiones fue expulsado del país, y regresó a Atenas. La primera vez con ayuda de su suegro, el alcmeónida Megacles, pero la segunda vez, lo hizo con ayuda de sus amigos y tropas que había sabido ganarse fuera de Atenas.
Fue benévolo con bondadosas acciones. Respetó las leyes existentes. Reservó tareas políticas para sus partidarios y familiares. No tuvo adversarios porque los había enviado al exilio. No repartió tierras, al igual que Solón. Aristóteles resume así la política de Pisístrato: “Anticipó dinero a los pobres para sus trabajos, aunque estos se ganaran la vida cultivando la tierra. Actuaba de esta manera por dos razones: para que en lugar de estar en la ciudad, estuviesen desimanados por el campo, y para que, con ese honrado desahogo, se dedicaran a resolver sus asuntos personales, sin tener ni la necesidad ni el deseo de ocuparse de los del Estado. Al mismo tiempo, sus ingresos aumentaban cuando el campo era cultivado, pues deducía el diezmo de los productos”. Orientó la política de Atenas hacia el Mar Egeo y hacia los estrechos. Apoyó el establecimiento de tiranías en el Helesponto para asegurarse las vías de acceso hacía el trigo de Rusia. Desarrolló la cerámica e hizo grabar las primeras lechuzas con la efigie de Atenea para pagar el trigo. Favoreció el desarrollo de cultos. Fomentó las dos grandes construcciones sobre la Acrópolis y de los grandes trabajos de traida de aguas. Murió en el 528/7 a. C., dejando a sus dos hijos el poder, los cuales ejercieron el poder de forma autoritaria. Atrajeron a poetas, escritores y artistas. La mayor parte de la familias aristocráticas regresaron a Atenas. Después de asesinar a Hiparco por celos, Hipias toma el poder expulsando a aristócratas, entre ellos a Clístenes. El demos no se inmutó. Sólo una intervención de Esparta con el rey Cleómenes, puso fin a la tiranía en el 510 a. C.
Clístenes:
Con el fin de la tiranía se volvió al pasado. Mientras que el rey de Esparta estaba en los puertos de Atenas, se enfrentaron Clístenes, el alcméonida e Iságoras. Este último fue elegido arconte en el 508 a. C. Clístenes para recuperar la autoridad hizo entrar al demos en su hetería (agrupación de camaradas políticas), según Heródoto. Pero según Aristóteles dice que Iságoras teme el apoyo popular de Clístenes y lo obligó a exiliarse, entonces el demos se sublevó, obligando a Iságoras a rendirse. Después llamaron a Clístenes. Aristóteles resalta la democracia, pero Heródoto más próximo a los acontecimientos dice lo contrario, porque el demos no era fuerza política a fines del siglo VI.
Clístenes sustituye las cuatro antiguas tribus por 10 nuevas tribus. El territorio comprendió tres partes, una en la costa, otra en el campo y la última tritía en la ciudad. Su objetivo era debilitar a la aristocracia. Integró así a las diferentes partes del Ática. Creo la ciudad –nación para afrontar las guerras médicas. Dejó la religión antigua y la división de Solón. Pero la organización militar y política fue elaborada a partir de la distribución de los ciudadanos entre las 10 tribus. Cada una elegía 50 bouletas que la representaban en la bulé de los 500. La nueva bulé fue el órgano más importante de la democracia ateniense. Preparaba las sesiones de la asamblea, redactaba decretos y hacia de alto tribunal de justicia. Creó las condiciones efectivas de la soberanía popular. Sancionó la ley del ostracismo, según Aristóteles, aunque algunos dicen que fue anterior a Clístenes. En el año 501/500 a. C. se impuso a los bouletas un juramento como guardianes de la constitución. Se organizó el colegio de estrategos, elegido uno por tribu.
Decae la importancia del poder de los arcontes porque se usaba el método del sorteo y el de elección para su designación. El arcontado se convirtió en una función honorífica.
Pericles:
Pericles pertenecía a una familia aristocrática que monopolizaba los cargos importantes. Según Plutarco, en su libre “La Vida de Pericles”, éste y Cimón no se llevaban bien. Impuso la Mistoforia, retribución de las funciones públicas en la medida que hacia real la participación del demos en la política para permitir al pobre consagrar a la ciudad una parte de su tiempo. En su juventud fue discípulo de Zenón de Elea, del cual aprendió el dominio del razonamiento y la sutileza del discurso y de Anaxágoras aprendió la idea de que cualquier fenómeno es explicable.
Pericles produjo una división en el gobierno. La lucha entre éste y Tucídides tomó carácter político, con un régimen político diferente. Los nuevos hombres surgidos del demos fueron una amenaza. Desde el 456 a. C. se le permitió a los zeuditas a integrar el arcontado y a altos cargos. Pericles declaró que tienen un régimen de gobierno que no envidia a las leyes de otras ciudades y que su nombre es democracia por no depender del gobierno de pocos, sino de un número mayor de ciudadanos. Gobernó un cuarto de siglo V. Tucídides fue enviado al exterior por ostracismo. Aseguró al demos los medios para vivir decentemente para ejercer libremente su soberanía.
Conclusión
El demos a lo largo del desarrollo político Ateniense fue ganando soberanía. Se dictaron leyes con respecto al orden del día y a la periodicidad de las sesiones de la asamblea. Se le dieron atribuciones de la bulé de los 500 y un control que ejerció sobre los que detentaban una magistratura pública. Sólo a fines del siglo V se convierte Atenas en la “República de Los abogados” Hasta ese momento no había legislación jurídica. En la época de Pericles hubo una estabilización social. Creció la población, debido a razones naturales y a la vez por el desarrollo de la producción. Gracias a la reforma de Clístenes, los extranjeros pudieron integrarse como ciudadanos. En el 451 a. C. Pericles sancionó una ley por la cual reservaba la cualidad de ciudadano al nacido de padre ciudadano y de madre que fuera hija de ciudadanos. Se trataba de limitar el número de beneficiarios de las ventajas que iban unidas a la calidad de ciudadano.
En otras palabras, los Atenienses adquirieron un sistema democrático a costa de una lenta evolución, plagada de brutales revueltas y conflictos entre las distintas gens aristocráticas y reclamos del demos.
Rodrigo Martín Lages