Calendarios mayas, entre la superstición y el cálculo
En innumerables oportunidades la astronomía Maya y más específicamente su sistema de calendarios; Tzolkin, Haab, rueda calendárica y el llamado calendario de cuenta larga, atrae a infinidad de aficionados tanto sea por su parte astronómica, como también debido a las predicciones astrológicas. Sin embargo debemos reconocer que la astrología lleva la delantera en cuanto a popularidad, aquí no nos referiremos a las connotaciones astronómicas relacionadas con la astrología, la parte metafísica, sino que por el contrario estaremos acotados a la parte exclusivamente comprobable con sustento matemático, sin desdeñar por supuesto lo que nos convoca que es la historia de la civilización Maya.
Siendo la astronomía una de las ciencias basadas de forma casi exclusiva en la observación, tiene una impronta de cálculo matemático para nada desdeñable y muy específica. Con estos preceptos científicos pasaremos a analizar el primero de los calendarios mencionados, el Tzolkin. Está compuesto por un total de 260 días y era el predilecto de los mayas para la realización de sus rituales y fiestas conmemorativas (calendario religioso), a su vez esos 260 días eran resultado de la combinación adecuada de 13 numerales con 20 nombres de días. Pero lo que llama la atención o quizá es interesante analizar es… ¿porque este calendario posee 260 días y no más? ¿Qué es lo que hay detrás de esa cantidad numérica?
Caudales importantes de información desplegados en la web nos indican que este número de días está directamente relacionado a lo religioso, pero veremos que las cosas son bastantes diferentes y tienen una explicación muy racional mal que le pese a la astrología…
Nuestro sistema numérico es de base 10, el sistema decimal tiene una numeración basada en una serie de símbolos que respetando distintas reglas se emplean para la construcción de los números que son utilizables. En este caso, el sistema toma como base al diez, esto es que se encarga de representar las cantidades usando diez cifras o dígitos diferentes; (0, 1, 2, 3…9.) Pero el sistema utilizado por los Mayas era en base 20, prácticamente con las mismas características que nuestro sistema, así la representación de la numeración Maya con la simbología de la numeración griega la siguiente; 0,1, 2, 3, 4, 5,…14..) (0, •, ••, •••, ••••, •••• )
Dicho lo anterior resulta que el número 20 multiplicado por el número 13 nos arroja en concreto los 260 días del calendario, pero el número 13 no es un número aleatorio ni mucho menos, es en realidad la cantidad de veces que la luna representa un ciclo rotatorio alrededor de La Tierra en el período de un año Haab o, un año bajo el calendario gregoriano de 365 días[1]
Las afirmaciones de carácter metafísico alineadas a la astrología nos dicen que el número 13 está relacionado con los 13 dioses creadores del hombre que adoraban los mayas, así como los 13 demonios que habitaban el infierno maya o el inframundo Xibalbá, es por ello que este calendario para los mayas era sagrado, pues relacionaba a sus 13 dioses creadores y demonios con el número 20. Pero como se demuestra en los párrafos anteriores esto no es producto de ninguna creencia religiosa presupuesta, sino de una exhaustiva observación y cálculo matemático. Sin embargo las masas adictas a la lectura astrológica parecen ganar la batalla de forma cotidiana, (con el enorme beneficio de las editoriales). Basta solamente realizar un breve experimento y colocar en algún buscador web de renombre la frase “calendario Tzolkin” para encontrar consistentemente explicaciones metafísicas de una realización basada en términos exclusivamente matemáticos (sic).
El movimiento rotatorio de la Luna alrededor de la Tierra fue estudiado con detenimiento y precisión científica por Isaac Newton, a la hora de tomar el satélite terrestre como estudio de caso para la realización de su teoría de fuerza gravitacional y, para ello su herramienta preferida (el cálculo) que más adelante va a convertirse en el análisis matemático. Aquí encontramos que los mayas habían calculado de forma muy precisa estos movimientos (Aunque solamente en cuanto a tiempo de rotación alrededor de La Tierra) ya alrededor de 1000 años antes. Se descuenta por tanto que está más que calculado el tiempo de rotación de la Luna con respecto a la Tierra, no es exacto en 28 días, como tampoco es exacta la rotación de la Tierra alrededor del sol, es por eso que los años son de 360 a 365 días. Para un mejor entendimiento se "cierra" en 365/ 360 días, pero los Mayas tenían bien calculadas estas oscilaciones, entonces crearon el Wayeb, mes aleatorio en su calendario Haab (Ya entrados en el segundo calendario) que es nada más ni nada menos que un mes de 5 días que contempla la oscilación de tiempo en que la Tierra varía su trayectoria elíptica alrededor del sol.
Por lo tanto parece que las connotaciones religiosas que los mayas daban a este calendario, el Tzolkin (Calendario mucho más cercano a ser lunar que metafísico, ya que está basado en el cálculo rotatorio de la Luna alrededor de la Tierra y en correspondencia a la rotación de la Tierra) parecería ser más de tipo político y, utilizado como instrumento de dominación de la elite Maya hacia el resto de su sociedad.[2]
No es por tanto sencilla la tarea de observar oscilaciones angulares de diez milésimas de grado, ya que supone un trabajo de observación y registro sistemático de posiciones visibles de cuerpos celestes y, su integración en un modelo de sistema dinámico que conformarían, la estructura político-social que soporte dicha tarea, instituciones de formación de observadores y de calculadores sean los mismos o no, es decir todo un complejo dedicado a la observación y el cálculo.
El calendario Haab es un calendario solar de 365 días, compuesto por 18 meses de 20 días cada uno, más 5 días adicionales que se añaden al final del año (Mes Wayeb). En este calendario el nombre de cada mes se mantiene durante 20 días. Así Harri Kettunen describe la secuencia de días para el primer mes de este calendario llamado Pop: “Pop, es “1 Pop”, “2 Pop”, “3 Pop”, etcétera, de manera que transcurridos 365 días se vuelve a “1 Pop”. Al comienzo del mes se le denomina “asiento” (seating en inglés) de manera que tras 19 días del inicio del año, el mes Pop se ha completado y se produce el “asiento” del mes que le sigue.”[3]
La rueda calendárica entrelaza los calendarios Haab y Tzolkin, dado esto cualquier combinación entre estos dos calendarios, un día de uno y otro, no se repetirá hasta que hayan pasado 52 períodos de 365 días, 52 años. La duración del ciclo se obtiene hallando el mínimo común múltiplo de 260 y 365, que es 18,980, lo que equivale a 52 x 365 días; transcurrido este período vuelve a repetirse una determinada fecha de Rueda Calendárica. El calendario de cuenta larga consta con 5 ciclos de tiempo, siendo bastante similar al gregoriano que cuenta siglos, años, meses y días, pero la diferencia es que las magnitudes son diferentes al igual que los nombres. También incorpora los calendarios Haab y Tzolkin entrelazados en un ciclo de 52 años. El ciclo de 13 Baktún (1 Baktún = 400 años) del calendario maya de Cuenta Larga dura 1.872.000 días o 5.125,366 años tropicales. Este es uno de los ciclos más largos que se encuentran en el sistema de calendario maya. Este ciclo de 13 Baktún terminó en el solsticio de invierno, el 21 de diciembre de 2012.
Sin embargo y hablando del 2012, esto fue un tema que generó enorme controversia en su momento y de la mano de este debate de ribetes catastróficos las editoriales, medios de comunicación e industria cinematográfica, hicieron una "orgía" comercial con la tendencia a la astrología del público. Como se ve claramente es una cuestión de cálculo astronómico, un calendario tiene como soporte básico la agricultura porque el costo de establecerlo - recursos humanos, tiempo de observación y registro, cálculo modelístico - no puede ser soportado sino en una expansión de la productividad agrícola. Los mayas en el camino de realizar su complejo sistema de calendarios fueron mejorando sosteniblemente las observaciones, encontrando cada vez ciclos más extensos, largos, cuya expresión angular es casi inobservable, y exige un tremendo esfuerzo de registro. Tanto su escritura ideográfica como su sistema de calendarios fueron proezas científicas que fueron prácticamente destruidas por la colonización y, que tardaron varios siglos en ser recuperados, en el camino sirvieron para que la astrología y todas las variantes unidas a la metafísica y a la comercialización de esta hicieran multimillonarios negocios, apoyándose en estas maravillas científicas.
Lisandro Rappetti.
Citas:
[1] Kettunen Harri: Introducción a los jeroglíficos Mayas, Manual para el taller de la escritura; 2004.
[2] En tal sentido y con el objeto de poder relacionar las prácticas astronómicas con los rituales religiosos recomiendo la película Apocalyto (2006) y sus escenas de sacrificios.
[3]Kettunen Harri: Introducción a los jeroglíficos Mayas, Manual para el taller de la escritura; 2004.
Apuntes complementarios
1 Kin = 1 Día
1 Uinal = 20 Kin
1 Año = 1 Tun
20 años = 1 Katún
1 Baktún = 400 años = 202 Años
2 Baktunes = 8000 años = 203 Años
Bibliografía utilizada
• Basilico de Valter, Susana: “Las culturas indígenas”, CONICET, Buenos Aires, 1995.
• Calvín, Inga, E: Guía de estudios de jeroglíficos mayas. 2004.
• Kettunen Harri: Introducción a los jeroglíficos Mayas, Manual para el taller de la escritura; 2004.
• Portilla, León: “Mesoamérica antes de 1519”, en Leslie Bethell, Historia de América Latina, Crítica, Barcelona, 1992.