El 11 de marzo de 2004, España fue sacudida por una serie de atentados terroristas en trenes de cercanías que dejaron 191 muertos y más de 2.000 heridos. Este trágico suceso es conocido como el peor atentado en la historia del país y aún sigue siendo un tema de discusión y debate.
Los atentados ocurrieron en la mañana del 11 de marzo de 2004, cuando diez bombas explotaron en cuatro trenes de cercanías en Madrid. Los trenes se encontraban en plena hora punta, llenos de trabajadores que se dirigían a sus empleos y estudiantes que iban a la universidad. La mayoría de las víctimas eran personas comunes y corrientes que se encontraban en tránsito a sus lugares de trabajo.
Los autores de los atentados fueron rápidamente identificados como un grupo yihadista vinculado a la organización Al Qaeda. Esta conclusión se basó en pruebas como la presencia de un teléfono móvil utilizado como detonador que se encontró en uno de los trenes, así como el descubrimiento de una cinta de audio en la que se reivindicaba el atentado en nombre de Al Qaeda.
El impacto de los atentados fue devastador tanto a nivel personal como a nivel político. España entró en un estado de shock y dolor colectivo, mientras que los partidos políticos se preparaban para las elecciones generales que se iban a celebrar tan solo tres días después. El gobierno del momento, liderado por José María Aznar, inicialmente culpó al grupo separatista vasco ETA del atentado, lo que generó una gran controversia y desconfianza en la población.
Sin embargo, posteriormente se confirmó la autoría yihadista de los atentados y la población española se sintió traicionada por el gobierno. En las elecciones generales que se celebraron tres días después del atentado, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ganó las elecciones con una mayoría absoluta, en gran parte gracias a la promesa de retirar las tropas españolas de Irak, que habían sido enviadas por el gobierno de Aznar en apoyo a la invasión liderada por Estados Unidos.
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En conclusión, el atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid fue un acontecimiento trágico que dejó una marca profunda en la historia de España. Fue un recordatorio de la amenaza del terrorismo yihadista en todo el mundo, así como una muestra de la importancia de la necesidad transparencia y la honestidad en la política. Aunque han pasado muchos años desde entonces, los españoles nunca olvidaremos lo que ocurrió ese día y seguiremos rindiendo homenaje a las víctimas y a sus familias.
Dolores Durruti
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